Tipología de padres de Nieva Milicic

Padres Desapegados: Son aquellos que muestran desinterés frente a los que le sucede al niño, o están ajenos a los acontecimientos del niño tanto en lo que se refiere a su vida personal como a nivel escolar.

Padres Rechazantes: Los niños manifiestan en su conversación claramente que sus padres no los escuchan ni les prestan atención a sus demandas. Este tipo de padres genera temor a la autoridad, baja autoestima y conductas desadaptivas en el niño.

Padres Exigentes: Son aquellos que realzan los déficit de sus hijos, en vez de facilitar sus logros, provocando de esta manera una personal imagen negativa y baja autoestima en el niño.

Madres Impulsivas: La reacción de estas madres depende de su estado de ánimo para acceder a las demandas del hijo. Si está de mal humor lanza los peores insultos y amenazas por algo a veces insignificante; en cambio una falta grave puede pasar inadvertida o ser juzgada en forma benévola, si está de buen humor. Esta actitud inestable de la madre hace que el niño tenga cuadros angustiosos ante la imposibilidad de predecir la reacción de los adultos y de su madre. En general esta actitud hace que el niño tenga relaciones poco estables con el mundo externo.

Madres Sobreprotectoras: Estas madres exageran el cuidado y la protección de los hijos y ahogan la posibilidad de autonomía y  desarrollo del hijo. No permiten que nadie haga las cosas por ella en lo relacionado con el niño; tampoco permiten que el niño sea lento o cometa errores cuando aprende. Presentan angustias y temores por lo que les pueda sucedes a sus hijos. Estas madres crean hijos dependientes, inseguros, atemorizados y poco creativos.

Madres Hipercríticas: Estas madres parecen olvidar que educar principalmente es enseñar y no corregir. Tienen muchas esperanzas y expectativas puestas en el hijo, quieren que sea inteligente, hermoso, de buenos modales; para conseguirlo están constantemente poniendo énfasis en los errores del niño corrigiendo. Todas las recomendaciones de tanto ser repetitivas, terminan por perder la eficacia o dejan de ser oídas por el hijo.

Madres ausentes: Es común en casos de madres que rechazan la maternidad y delegan sus funciones maternales en otras personas como abuelos, empleadas, salas cunas. No son madres agresivas, pero sólo están dispuestas a dar a sus hijos el tiempo que sobra. De más está decir que la maternidad es una relación intransferible, si falta la presencia materna en forma activa y estable y no puede ser cumplido esto por otra persona cercana, el niño se sentirá solo y poco seguro.

Madres Separadas: Ante la falta de una figura parental como el padre, la misión misma de educar se complica.

En la separación o divorcio de los matrimonios es necesario afirmar que la separación es de la pareja y no de los hijos. Esto se refiere a que lo primero que se debe cautelar es la salud mental de los hijos, no importando cuales sean los sentimientos o resentimientos en contra de la pareja. Deteriorar la imagen del padre, no es agresión al padre sino al hijo, en cuanto está descalificando a la persona con quien el hijo varón tiene que identificarse.

Madres que Trabajan: Generalmente las mujeres en la actualidad trabajan por necesidad o para desarrollar intereses particulares que tiene que ver con su desarrollo como personas o como profesionales. Pero en la cultura latinoamericana a los nuevos roles de trabajadora, se le suman los anteriores de dueña de casa. Ser buena madre dignifica principalmente ser capaz de entregar amor al niño en una actitud tranquila y satisfecha, esto acompañado de una actitud que no implique que las cosas se hacen por sacrificio (trabajar o quedarse en casa).